El señor Blanco es uno de los seis criminales que contrata Joe para asaltar la joyería. A primera vista, su personalidad pareciera responder a la de un sujeto frio que desde la serenidad, infunde respeto y temeridad frente al otro. Sin embargo, cuando se observa su relación con Joe, pareciera que el señor Blanco es un hombre poco ruin. Tal apreciación queda explicitada en la escena donde Joe le propone el asalto al señor Blanco, quien desde su particular jocosidad pregunta: ¿Cuánta dinero es papá? mucho hijo -responde Joe- Reservoir Dogs[i] (Quentin Tarantino, 1992). Para Joe el señor Blanco (al igual que el señor Rubio) es uno de sus hombres de más confianza. Esta intimidad se vislumbra nuevamente en la primera secuencia (la cafetería) cuando Blanco le arrebata la agenda a Joe . A pesar de la diferencia de poder, allí se ostenta una reciprocidad afectiva, moral e incluso idealista. En la misma secuencia, cuando el señor Rosa se niega a dar propina a la camarera, Blanco se molesta manifestándose en él un sentimiento de justicia.
En la secuencia del deposito, Blanco le comenta al señor Rosa que si Rubio se hubiese comportado como un profesional y no como un psicópata, todo hubiese salido bien. Para Blanco, no había intención de asesinar, a menos de que no tuvieran opción. Este grado de profesionalidad (del que él mismo insiste junto con el señor Rosa a lo largo del film), lo muestra como un sujeto cuya conciencia moral lo lleva a deliberar sistemáticamente sobre el valor que tienen sus actos de inmoralidad. En la siguiente escena donde el señor Rosa está discutiendo con el señor Blanco, se esclarece lo comentado. Rosa desde su agitación le vocifera: ¡estás contra las reglas! a lo que Blanco replica ¡Que se jodan tu y Joe! Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992). Aquí se muestra como Blanco se empieza a enfrentar ante el código moral de su clan. Su insubordinación pareciera ser, no un mecanismo para justificar el encadenamiento de sus acciones inmorales, sino la de querer mantener una relación humanizadora con el otro. En este caso puntual, la de resguardar el íntimo vínculo que ha surgido con el señor Rosa (quien está malherido). Tal querer le ha hecho comprometerse moralmente, llevándole a actuar con buena voluntad hasta el final. Ahora bien, siendo así, ¿Qué supone la buena voluntad? ¿Se puede tener buena voluntad desde la inmoralidad? ¿Representa el señor Blanco a un criminal de buena voluntad?
Para Kant (2005) el valor que posee el carácter en hacer el bien no se da por inclinación, sino por deber. Es decir, no se hace el bien porque existe una norma o ley convencional que lo dictamine, se hace porque hay un principio del querer, a priori, que reside en el principio de la voluntad, cuya voluntad es propia de un sujeto racional. En efecto, toda acción hecha por deber tiene un valor moral. (pág.78) De ello que Kant (2005) exponga:
La buena voluntad no es buena por lo que se efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto, es buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma. (pág. 70-71)
En este sentido, en el caso de que un sujeto tenga un antecedente de criminalidad o fuere un inmoral, si surgiera en él un querer hacia el otro independientemente de lo que pueda resultar, entonces en palabras de Kant, se estaría obrando de buena voluntad. De acuerdo a la ética Kantiana, sólo la buena voluntad es absolutamente buena cuando no se sigue ninguna inclinación. Por ello el deber (que supone un querer de la conciencia moral) no supone conveniencias, satisfacciones o estrategias, sino que es un fin en sí mismo.
En la secuencia donde el señor Blanco le expresa al señor Rosa que se debe llevar hacia el hospital al señor Naranja; Blanco duramente le manifiesta: ¡El tiro en el vientre [del señor Naranja] es culpa mía! (…) ¡No me gusta la idea de entregarlo a la poli! Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992). Desde este diálogo se puede entender que desde su conciencia moral hay un querer-hacer que impera sobre toda ley o inclinación. Cuando Blanco manifiesta su angustia, pareciera que el interés por el dinero o el cumplimiento del código moral que le ha impuesto Joe (que se cifra desde tener un alias para resguardar la seguridad hasta trabajar como un profesional) interesara menos, observándose en ello un peso más significativo en el carácter sensible en relación a lo legítimamente racional. Es decir, si el señor Blanco hubiese actuado con mala voluntad, la acción más próxima para resolver la situación hubiese sido seguramente dejar moribundo a Naranja y escaparse del lugar, tal como pretendió hacer en algún momento el señor Rosa. Para Rosa su compromiso con el otro, es por mera inclinación o por contrato, no por buena voluntad. En efecto, el señor Blanco es un sujeto que obra, en terminos kantianos, de buena voluntad.
En suma, Tarantino presenta a Blanco como un criminal con principios éticos cuya personalidad ostenta, al menos a modo circunstancial, a un hombre de honor, honestidad y responsabilidad, en el que impera el afecto por la justicia hacia un otro desconocido. Un hombre que si bien tratará de distinguirse entre lo moralmente correcto dentro de lo moralmente incorrecto.
La categoría kantiana de la Buena Voluntad es sólo una unidad de análisis abstracta. No puede esquivarse la misma afirmación de Kant en la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres:
ResponderEliminar"No se necesita ser un enemigo de la virtud, basta con observar el mundo con sangre fría, sin tomar enseguida por realidades los vivísimos deseos en pro del bien, para dudar en ciertos momentos [...]de si realmente se halla en el mundo una virtud verdadera. Y aquí no hay nada que pueda evitarnos la caída completa de nuestra idea de deber [...]" (1998: p.73; de la edición de Austral).
Es decir, la Buena Voluntad (sin restricciones/inclinaciones) no se observa realmente en las acciones de los hombres. Ergo, el señor Blanco, como cualquier otro hombre, actúa por inclinación. El cumplir con el deber mismo puede ser placentero o tener un valor, en inclinación.
La pregunta, para juzgar las acciones de moralidad del señor Blanco recaerían en la universalidad de la moral. La recta razón, siendo deducible a priori, nos permite juzgar las acciones como imperativo categórico. Dado esto se puede comparar a la acción con una acción moral pura, por tanto validarla al ser conforme al deber; pero no se puede aceptar como una acción con valor moral en sí misma.
En todo caso, ya que no soy alumno del curso me disculpo si interrumpo en el blog, empero el tema de la moral kantiana es de mi interés.
Atentamente,
Diego A. Guerrero.
Saludos Diego.
ResponderEliminarRevisaré en los próximos días el Documento.
Tranquilo; "Toda critica constructiva es necesaria para crecer". Gracias!