Bar, bendito bar.
El bar es un elemento fundamental que no puede faltar en ninguna película de Tarantino. Lo vimos en Reservoir Dogs, cuando Mr. Orange cuenta su anécdota sobre la marihuana para ganarse la confianza del jefe. Lo vimos en Pulp Fiction, donde Marcellus Wallace resuelve sus negocios. Lo vimos en Four Rooms, en la escena de The Man From Hollywood, donde en el bar de la habitacion se procede a la amputación del dedo. Lo vimos en Jackie Brown, cuando ella se encuentra con Max Cherry después de salir de prisión. Lo vimos en Inglorious Basterds, con King Kong, whiskey y tiros de por medio. Y por supuesto no podía faltar en Death Proof.
El bar no es sólo un lugar donde Tarantino puede plasmar toda la iconografía que inunda su cabeza. No es sólo un lugar que arma con miles de detalles de todo aquello que le gusta y envuelve. El bar es un lugar clave en donde se desarrollan elementos claves. Funciona como motor de la historia e hilo conductor de los diálogos. No es un escenario más. No es un telón de fondo.
En Death Proof el bar es un lugar de descubrimiento donde podemos descifrar completamente a los personajes que lo visitan. El Texas Chili Parlor (que en realidad existe) es una pasarela por la que pasan los personajes que han aparecido hasta el momento y se desnudan mostrándose por completo ante nosotros. El licor de por medio como desinhibidor de la humanidad y el bar como una estancia segura/amena/cálida donde se está entre iguales logra que los personajes se muestren como en realidad son, y dejen a un lado la máscara con la que diariamente deben afrontar la realidad. Los personajes fuertes se nos muestran débiles, los seguros como inseguros, los introvertidos como extrovertidos, etc. El bar ofrece a los personajes un refugio en el cual pueden soltar lengua y espíritu.
Stuntman Mike aprovecha el bar para inmiscuirse “indirectamente” en el mundo privado de las chicas y así poder avanzar en su macabro plan. Puede comer, tomar y hasta flirtear sin que nadie sospeche de él. Logra convencer a Arlene que le haga un lap dance, después de jugar con su mente y emociones por n rato. Convence a Pam de que no es un mal tipo, y que puede darle la cola a su casa. A su vez, el bar nos muestra que tanto Arlene como Jungle Julia no son tan fuertes como parecen. Lo que en un principio parecen dos chicas sexys que tienen el mundo a sus pies, luego son dos chicas sexys que sufren y a las cuales no les van los planes como lo habían pensado.
Pero, en realidad, la función primordial del bar es demostrarnos un Stuntman Mike bipolar, sádico, que juega y se inmiscuye con la víctima. El gato que agarra al ratón y lo mantiene moribundo en la boca, pero que no termina de soltarlo o comerlo. Un Mike que es capaz de todo (como buen doble de riesgo), pero que sabe camuflajearse entre nachos.
Ah, bueno, sin el bar no podríamos ver al propio Tarantino sirviendo shots. Y así no sería la misma película… no?
Santiago Zerpa
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