sábado, 26 de febrero de 2011

El Reloj de Oro

Pulp Fiction ha sido reconocida por la crítica como una película que engloba todos los elementos de la cultura pop. Las conversaciones que se desarrollan en muchas de sus escenas giran alrededor de tópicos como franquicias de comida, piercings o programas de televisión. Un ejemplo de esto puede verse en la escena en la que Vince va a comprar droga, donde se sostiene una conversación acerca de perforarse el cuerpo:

     TRUDI: ¿Perforan los pezones con la misma pistola que usan para las orejas?
     JODY: Esa pistola va en contra de todo lo que significa perforarse. Los 18 agujeros que tengo en el cuerpo me los hicieron con agujas (...) y tengo un clavillo en la lengua.
     VINCE: ¿Por qué traes un arete en la lengua?
     JODY: Es una cosa sexual. Ayuda en el sexo oral.

Otra escena en la que se ve a los personajes aludiendo a la cultura popular es en la que Jules y Vince están llegando al apartamento donde está el maletín:

     JULES: Ella era actriz.
     VINCE: ¿De veras? ¿Ha salido en algo que yo conozca?
     JULES: Su más grande papel fue en un programa piloto.
     VINCE: ¿Qué es un "piloto"?
     JULES: En la tele hay programas, ¿no?
     VINCE: Yo no veo tele.
     JULES: Sabes que hay un invento llamado televisión donde pasan programas, ¿no?

Esto crea en el espectador la sensación de que los personajes están condicionados por la cultura popular, hecho que en cierto modo no es falso. Sin embargo, hay un solo personaje que particularmente llamó mi atención por el hecho de que no parece seguir la misma línea de los demás: Butch.

Butch se presenta por primera vez en la película sosteniendo una conversación con Marcellus Wallace. En ese momento, no sabemos con claridad cuál es su importancia dentro de la trama sino hasta que, posteriormente, hay varias escenas dedicadas únicamente a él; en ese momento, Butch es sólo uno de los tantos hombres que trabajan para el señor Wallace. La película nos permite conocer a Butch mediante una escena en la que, siendo un niño, ve dibujos animados en la televisión. Un hombre llega a la casa y lo interrumpe para entregarle un antiguo reloj que pertenecía a su padre. Así como el maletín es el objeto que mueve a Jules y Vince, este reloj se convierte en el objeto que mueve a Butch. Sin embargo, hay una gran diferencia entre el maletín y el reloj.

Jules y Vince, al principio de la película, van en busca de un maletín que pertenece a su jefe. Cuando llegan al apartamento en el que lo encuentran, se lo llevan y continúa la película sin que se vinculen verdaderamente con el objeto: sólo se preocupan por devolverlo a su dueño. De hecho, hay un momento en el que el maletín corre peligro y Jules no muestra que verdaderamente le afecte su contenido, sino que sólo lo resguarda para poder cumplir su tarea.

     RINGO: ¿Qué hay en el maletín?
     JULES: La ropa sucia de mi jefe.
     RINGO: ¿Tú se la lavas?
     JULES: Cuando el quiere.
     RINGO: Qué mierda de trabajo.
     JULES: Lo mismo pensé yo.
     RINGO: Ábrelo.
     JULES: Me temo que no puedo.
     RINGO: Abre el maletín o ésta será la última vez. Voy a contar hasta 3. Si no abres el maletín te descargo la pistola en la cara. 1, 2, 3.
     JULES: Está bien, Ringo. Tú ganas. Es tuyo.

Si bien el maletín es un objeto que mueve la trama, ni Jules ni Vince están personalmente conectados a él. En esta escena puede verse que Jules no está dispuesto a perder su vida por el maletín, a pesar de que, inteligentemente, no se lo entrega al ladrón. En contraposición a esto, el personaje de Butch es muy diferente. Desde el día en que aquel soldado le explicó todo lo que su padre había hecho para dejarle ese reloj, Butch se vinculó emocionalmente con el objeto. En la escena en la que se despierta en el motel, su reacción ante la ausencia del reloj lo dice todo:

     BUTCH: ¿Dónde está mi reloj?
     FABIENNE: Ahí está.
     BUTCH: No, no está.
     FABIENNE: ¿Lo buscaste?
     BUTCH: ¡Lo busqué, carajo! ¿Qué crees que estoy haciendo? ¿Segura de que lo agarraste?
     FABIENNE: Sí, del cajón de tu buró.
     BUTCH: ¿En el cangurito?
     FABIENNE: Estaba en el canguro.
     BUTCH: Pues no está aquí ahora.
     FABIENNE: Pues debería estar.
     BUTCH: Debería, pero no está. ¿Dónde carajo está? Era el condenado reloj de mi padre. ¿Sabes lo que tuvo que hacer para darme ese reloj? Es muy largo de explicar, pero hizo mucho. Podías haber quemado toda esta mierda, pero te recordé que no se te olvidara el maldito reloj. ¡Piensa! ¿Lo agarraste?
     FABIENNE: Creo que sí.
     BUTCH: ¡Crees que sí! ¡O lo agarraste o no lo agarraste!
     FABIENNE: Entonces lo agarré.
     BUTCH: ¿Estás segura?
     FABIENNE: No
     BUTCH: ¡Carajo! ¡Carajo! ¡Carajo! ¡Hijo de puta! ¡¿Sabes qué jodidamente estúpida eres, carajo?! No es culpa tuya, lo dejaste en el departamento. Te hice traer muchas cosas. Te dije lo del reloj, pero no te expliqué bien lo personal que era. Debí haberte dicho que era lo único que me importaba.

En este momento, las acciones de Butch son movidas únicamente por el reloj de su padre, pero no como una tarea que deba cumplir, sino como un compromiso personal. Butch está tan ligado al reloj, que regresa al apartamento a buscarlo, arriesgando así su vida por él. Veo entonces, en Butch, al único personaje de Pulp Fiction que se vincula emocionalmente con las situaciones. Personajes como Mia o Vince actúa motivados por lo fatuo y lo momentáneo. De hecho, el personaje de Mia se degrada en la sobredosis, y el de Vince se degrada en una muerte deshonrosa. Marvin es completamente intrascendente, y la degradación de Wallace se desata en su violación. Jules, siendo un hombre que ve a Dios en las cosas que le suceden, tiene algo más trascendente a que aferrarse. Pero al final de la película, Butch no demuestra estar atado a la cultura popular ni a otra cosa, finalmente se convierte en un personaje que se liberó al liberar a Marcellus Wallace.

María Morillo

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