sábado, 26 de febrero de 2011

La Caricatura de Tarantino:

En Pulp Ficcion hay varios elementos de la vida real que sufren un proceso de caricaturización. Comenzando por los roles mismos de los personajes. Primero con Pumpkin y Honey Bunny, quienes hablan de robos y atracos con la más grande de las naturalidades, sin importar que los escuche alguien. Hablan simplemente de cómo ha cambiado el negocio, de que ya los lugares habituales para su oficio se han vuelto hostiles. Una de las cosas que otorgan a esa escena de un aire caricaturesco es como ellos “planifican” el asalto al restaurante. Desmontando la idea vendida por el cine según la cual los “golpes” son magistralmente planificados, cosas de estudio, de tiempo de observación del potencial blanco. No así de “al garete”
También dentro de los personajes de Jules y Vincent existe caricatura. Parodia de las películas clásicas de mafiosos, donde los malos eran malos siempre y al momento de “negociar” no miraban para los lados, amenazando y  pisando a los que no se apegaran al deseo del gran jefe. Y es ese esquema el que siguen estos en la película, los malos inflexibles que no miran para los lados cuando se mentalizan en su papel de “negocios” como ellos mismos dicen.
Hay también otros aspectos sociales y culturales de los años ochenta/noventa en Estados Unidos, en algunos niveles de la sociedad. Por ejemplo el uso de lo religioso que hace Jules Winnfild, citando un pasaje de la Biblia justo antes de matar a algún otro. Llevando lo moralmente correcto y los prohibido a un punto risible, algo así como un violador que cita pasajes de algún libro religioso mientras abusa de sus misas, como comer carne en los días que supuestamente no se puede y decir amén al terminar el plato, cosas por el estilo.
“Nunca la he aplicado porque mis amigos saben cómo drogarse” También hay burla en el tratamiento social que se le da a la droga y al mundo de la drogadicción. Visto desde la perspectiva  de la película es perfectamente apropiada la venta y el mercadeo; el chiste es que hay que saber cuál es el límite entre la “Facha” y la muerte, esa fina línea es el límite entre lo correcto y lo no correcto. Este pensamiento se expone ya desde el principio de la película. Cuando Jules y Vincent hablan de cómo es diferente la realidad en Estados Unidos y en “paraísos” como Ámsterdam, donde todo es perfectamente legal, y a nadie le importa lo que hagas o no. Mientras que en U.S.A., nadie dice firmemente que el comercio y consumo de droga sea ilegal, pero si lo hacían fuera de los lugares apropiados todos criticaban y tachaban de inmoral. Además puede verse, hilando finamente, una crítica a la corrupción que está enquistada en la sociedad estadounidense; todo el mundo sabe dónde, cuando, quien vende y quien consume droga,  y nadie dice nada hasta que alguien muere por sobredosis, o es mandado a matar por otro perteneciente a ese mundo, pero que tiene más poder. Y es solo luego de que algo así ocurre es que todos critican al que consume o vende. Porque ya lo descubrieron y la moral dicta que hay que manifestarse en contra de ese mundo.
También hay elementos caricaturescos en otros aspectos de la película. En cosas propiamente ya en su ser película. Uno de los más famosos es cuando Mia habla de lo cuadrado del pensamiento de Vincent, y no dice nada referente a lo cuadrado de su pensamiento hace el amago en el aire y se dibuja un cuadrado en la pantalla. Otro elemento de caricatura de la película es la escena en la que Vincent dispara a la cabeza a Marbin por accidente en el interior del auto, embarrando de rojo brillante el inmaculado fondo de la escena, situación que ya por si sola da bastante risa y denota el tono caricaturesco de “¿cómo puede pasarles eso?” que irradia esa escena.
Es en elementos como estos donde se muestra el carácter satírico de esta película. Aquí se muestra la fuerte crítica que se hacía a modo de burla de la sociedad de ese entonces (y puede decirse que de este también) donde las críticas son tomadas con risa y no como una descarnada crítica amonestadora y pretendidamente moralizante sobre la realidad repugnantemente falsa que poseía la sociedad de entonces.

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